Los mordedores son más que simples juguetes; ofrecen una herramienta terapéutica que beneficia a los niños, especialmente a aquellos con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y Trastorno del Espectro Autista (TEA). Estos objetos proporcionan una experiencia sensorial que contribuye a regular el comportamiento, mejorar la concentración y reducir la ansiedad.
Los niños con TDAH o TEA a menudo tienen dificultades para manejar la sobrecarga sensorial y canalizar su energía de manera efectiva. En este contexto, los mordedores actúan como una vía para liberar tensiones, permitiéndoles encontrar calma sin recurrir a comportamientos disruptivos. Morder puede proporcionar una sensación de alivio y enfocarse en esta actividad les ayuda a redirigir su atención de manera más productiva.
El uso de mordedores está relacionado con la estimulación del sistema propioceptivo, que regula la percepción del cuerpo y su relación con el entorno. Para los niños que tienden a morder objetos o incluso a ellos mismos, los mordedores ofrecen una alternativa segura, reduciendo riesgos y promoviendo una regulación adecuada.
Los mordedores también cumplen una función importante en momentos de transición, como al pasar de una actividad a otra o enfrentarse a situaciones nuevas que pueden generar ansiedad. En estos casos, tener un mordedor a la mano permite al niño gestionar mejor sus emociones y mantenerse más tranquilo, lo que facilita la adaptación a nuevos entornos o rutinas.
Para los padres, es importante seleccionar mordedores que se adapten a las necesidades específicas del niño. Existen diversas opciones de mordedores, como el collar mordedor o el mordedor para lápiz. Algunos mordedores, como el de collar, están diseñados para ser portátiles, lo que permite al niño utilizarlos en el colegio o durante salidas, ayudando a evitar episodios de ansiedad o hiperactividad.
En el caso de los niños con TEA, los mordedores pueden contribuir a desarrollar habilidades sociales y comunicativas. Al encontrarse más calmados, estos niños pueden participar con mayor facilidad en interacciones sociales, mejorando su capacidad para concentrarse en actividades grupales. Asimismo, los mordedores ayudan a regular comportamientos autolesivos, canalizando la necesidad de estimulación hacia una opción segura y controlada.
Otro aspecto importante es la conexión entre el uso de mordedores y el enfoque en tareas específicas, como hacer tareas escolares o participar en actividades educativas. La acción de morder proporciona una sensación de estabilidad que permite al niño concentrarse mejor en sus responsabilidades. Esto es especialmente útil para niños con TDAH, quienes pueden tener dificultades para mantener la atención durante largos periodos.
Los padres deben introducir el uso de mordedores de forma gradual, observando cómo responde el niño y ajustando su uso según las circunstancias. Es fundamental acompañar el proceso con explicaciones claras sobre el propósito del mordedor, evitando que sea percibido como un castigo o una obligación. En lugar de eso, debe presentarse como una herramienta que forma parte de su bienestar y rutina diaria.
En resumen, los mordedores son una herramienta valiosa para apoyar el desarrollo emocional y cognitivo de los niños, especialmente aquellos con TDAH o TEA. Al proporcionar una vía segura para la estimulación sensorial y ayudar en la regulación emocional, los mordedores contribuyen a que los niños se sientan más tranquilos y concentrados. Integrar estos productos en la rutina diaria permite a los padres ofrecer un recurso práctico para el manejo del comportamiento y la mejora de la calidad de vida de sus hijos.